Dios nos llama al sacrificio. Es difícil. Duele. Requiere fe. Pero ¿hay alguna ventaja en el sacrificio?
Dios nos llama al sacrificio. Es difícil. Duele. Requiere fe. Pero ¿hay alguna ventaja en el sacrificio?
Si formas parte del cuerpo de Cristo, tienes dones. El plan de Dios es que funcionemos como un todo cohesionado, tal como Él lo planeó.
¿Estás listo para el regreso de Jesús? Cuando llegue el día, ¿estarás luchando? ¿O escucharás la voz de tu Salvador llamando tu nombre?
¿El antídoto para caer en las trampas del diablo? ¿Autocompasión? ¿Ira? ¿Desánimo? ¿Depresión? ¡Control de pensamientos! ¡Enfócate en la verdad!
Muchas veces, cuando sucede algo malo, nos enojamos con… ¡Dios! Pero ¿es Él realmente el que nos debe enojar?
Existe más de un tipo de tristeza. Una lleva a la desesperación; la otra, al arrepentimiento. ¿Es tu propia tristeza la que salva?
Jesús quiere que “pesquemos”: que demos testimonio, que compartamos el evangelio; pero no lo hemos hecho bajo su dirección. De lo contrario, ¡no sabríamos dónde pescar!
Dios quiere que tengamos suficiente fe para no necesitar una señal; pero hasta que la tengamos, Él es paciente y bondadoso con nosotros, dándonos la guía que anhelamos.
¿Buscas sabiduría, pero no la encuentras? ¿Será que no pides con humildad? Y si pides, ¡entonces cree que lo que Dios pone en tu corazón es Él hablándote!
¿Qué pasa con Dios? ¿Vivimos para agradarle? ¿O estamos viviendo de maneras que lo decepcionarán?