Cuando era niño, veía a mi padre como un superhéroe. Podía arreglar cosas, conducir un coche y pilotear un avión. Me enseñó a pescar y a remar en canoa, y lo más importante, al reflexionar sobre mis 62 años en el planeta Tierra, me mostró cómo vivir una vida de fe en Jesucristo, para ser un líder piadoso lo mejor que pudiera. “Sin ese hijo”, me explicó mi padre, “nada más importa realmente en el gran esquema de las cosas”.
Cuando fui creciendo, recuerdo haber visitado a mi padre en su lugar de trabajo. Era gerente de departamento en una importante tienda minorista, y cada vez que pasaba tiempo en el piso, otros empleados lo saludaban con amabilidad y respeto. Recuerdo que hablaba con el personal sin importar lo ocupado que estuviera o lo bajo que pudiera ser el puesto de alguien. Le pregunté por qué todos lo querían tanto, y me dijo que la gente se siente atraída por aquellos que muestran un interés genuino y compasión hacia los demás. “Por eso, como hombre de fe”, explicó, “trato de emular el amor de Jesús y mostrar a los demás ese nivel de bondad y gracia”.
Confieso que no soy un gerente de tienda como mi padre, ni lidero grupos grandes de personas en ninguna función. A pesar de eso, he tratado de seguir el ejemplo de mi padre siendo como Jesús con todos los que conozco, incluidos compañeros de trabajo, familiares y amigos. Una vez leí que al esforzarme por ser un líder piadoso y mostrar el amor de Jesús a los demás, podría estar lo más cerca de una Biblia que algunas personas pueden llegar a estar. Como esposo, padre y abuelo cristiano, creo que es fundamental seguir el ejemplo de mi Señor y Salvador, Jesucristo. Él sirvió con amor y humildad y nunca vio a los demás como inferiores.
Hay muchos versículos en la Biblia que nos guían en el papel de liderazgo. Personalmente, me encantan los versículos cortos de las Escrituras que recordaré fácilmente y a los que me aferraré en mi caminar diario de fe. He aquí un versículo que se refiere a ser un hombre y líder piadoso, y lo considero un gran ejemplo:
“Estén atentos, permanezcan firmes en la fe, compórtense varonilmente, sean fuertes. Y todas sus obras háganlas con amor” (1 Corintios 16:13-14 NVI).
Palabras sencillas, pero un consejo sabio de Dios Todopoderoso que no tiene por qué ser complicado. Los insto, sin importar su edad o etapa de la vida, a que presten atención a los estatutos divinamente inspirados que se encuentran arriba. Aprendan esas 21 palabras a memorizar y conviértanlas en su credo. Después de todo, hay personas en su vida que ya conocen y otras que aún no han conocido, y todas ellas pueden depender, en última instancia, de que ustedes lideren con el ejemplo y emulen a Cristo en un mundo herido.
¿Y no es eso lo que hace que la vida valga la pena según el propósito y el plan de Dios para su vida y la mía?
Ciertamente lo creo.
Paul Smyth
Traducido por Pascal Lambert
