La vida está llena de decisiones, ¿verdad?
De hecho, cada nuevo día trae consigo una nueva serie de decisiones que tomar y problemas que resolver. El proceso de tomar decisiones puede ser agotador y estresante, especialmente si no estamos seguros de qué camino tomar y si las decisiones que tomamos son correctas o incorrectas. Algunas decisiones son relativamente pequeñas, como qué calcetines ponernos al vestirnos o cuál es la ruta más rápida al trabajo para evitar el tráfico. Otras decisiones pueden ser más difíciles y tener mucha mayor importancia, dependiendo de cómo elijamos. Por ejemplo, ¿debería aceptar ese trabajo o es mejor solicitar una hipoteca para una casa nueva en lugar de alquilar? Me canso solo de pensar en todas las decisiones, grandes y pequeñas, que rondan mi cabeza en cualquier momento.
¿Qué tipo de decisiones enfrentas ahora mismo y cómo las tomas? Y lo que es más importante, ¿a quién consultas para tomar esas decisiones? Creo que es justo decir que todos tenemos una red de personas con quienes consultar: padres, cónyuge, hermanos o amigos. Quizás incluso un pastor o el amable cajero con quien conversamos en el supermercado cada vez que necesitamos leche y pan. Tomar buenas decisiones se trata de buscar consejo sabio, y esto puede ser invaluable al elegir la opción correcta.
¿Otra pregunta?
¿También recuerdas consultar al amigo más sabio y confiable de todos los tiempos? ¿Incluyes a Dios Padre en tus decisiones, grandes y pequeñas? Sin duda, Él quiere que lo incluyamos en todo, y le agrada que le pidamos guía y dirección, sin importar la decisión que debamos tomar. El Dr. Charles Stanley dijo una vez: «La vida es realmente una serie continua de decisiones, pero no estamos solos para resolverlo todo. Dios nos ha dado instrucciones para tomar decisiones sabias». El Dr. Stanley anima a todo creyente a leer la Biblia y dedicar tiempo a la oración para discernir y descubrir esas sabias instrucciones del Señor.
No creo que Dios quiera que nos sintamos abrumados por un sinfín de decisiones diarias. Él desea que lo incluyamos en la oración para todos esos dilemas con los que nos enfrentamos a la hora de tomar decisiones. Dios nos dice que oremos por SABIDURÍA:
«Porque el Señor da la sabiduría; de su boca vienen el conocimiento y la inteligencia.» (Proverbios 2:6 NTV)
También debemos orar por DISCERNIMIENTO: «Dame discernimiento, a mí, tu siervo, y entenderé tus leyes.» (Salmos 119:125 NTV)
Luego viene la DIRECCIÓN: «Te instruiré y te enseñaré el camino que debes seguir; te aconsejaré con mi mirada puesta en ti.» (Salmos 32:8 NTV)
Finalmente, la PAZ.
Sé lo difícil que puede ser tomar decisiones y lo fácil que es dudar de uno mismo, preguntándonos si cierta elección es realmente lo que Dios quiere. Incluso pedirle a Dios que nos ayude a tomar la decisión correcta puede causarnos angustia si no sentimos paz al respecto. Por eso, es crucial que, al tomar decisiones, le pidamos a Dios la paz que solo él puede darnos.
«Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.» (Isaías 26:3 NVI)
Les dejo con una oración apropiada para la toma de decisiones basada en la fe, y como yo también tengo mi propia lista de decisiones pendientes, una de ellas muy importante, les aseguro que oraré con atención para incluir a Dios y buscar su sabiduría. Juntos, busquemos al Señor y avancemos en la toma de decisiones con absoluta confianza celestial: «Querido Dios, no busco la sabiduría en nadie más. Humildemente te pido ayuda para tomar una de las decisiones más importantes de mi vida porque no sé cómo hacerlo sin ti. Por favor, dame dirección, sabiduría y paz para que pueda tomar la decisión correcta y glorificar tu nombre. Amén.»
Paul Smyth
Traducido al español por Pascal Lambert
